lunes, 21 de enero de 2008

La izquierda aprovecha la beatificación de los mártires para cuestionar la relación Iglesia-Estado. ¡Qué angelitos!. 31 de octubre de 2007

La izquierda española y otros sectores laicos de la sociedad han aprovechado la beatificación de 498 mártires de la Guerra Civil, celebrada ayer en Roma, para cuestionar la financiación de la Iglesia católica y sus relaciones con el Estado. La semana pasada se filtró la posibilidad de que el PSOE incluyera en su programa electoral la revisión de los acuerdos con el Vaticano, que datan de 1979. El terreno estaba abonado para la polémica, al coincidir con la tramitación de la ley de Memoria Histórica, por lo que la polémica corrió como la pólvora.

El Gobierno socialista, intimidado ante la posibilidad de abrir una nueva controversia a pocos meses de las elecciones, se ha apresurado a desmentir cualquier revisión de los acuerdos.

María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta primera, afirmó el pasado martes que “el Gobierno ni lo considera, ni lo va a proponer, ni lo va a hacer”. Sin embargo, la onda expansiva de la polémica ya había alcanzado a la Iglesia, y el cardenal Carlos Amigo advirtió que “si es para mejorar, hay que revisar; si es para incordiar, lo mejor es dejar las cosas como están”.

Otros grupos, como Izquierda Unida y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), relacionaron la ley de Memoria Histórica con la beatificación de los mártires para atacar a la Iglesia. El portavoz en el Congreso de IU-ICV, Joan Herrera, calificó de “sectaria” y de “acto revanchista” la ceremonia religiosa. En una nota hecha pública ayer, Herrera reclamó a la Iglesia que pida perdón “por su apoyo al régimen franquista”. Por su parte, desde ARMH señaló que la institución católica española “además de ser víctima, fue un importante verdugo”, y la acusó de crear “víctimas de primera clase”.

La Cadena Ser y Cuatro, ambas del grupo Prisa, reaccionaron desde sus informativos contra la decisión de la Iglesia de reconocer únicamente a los religiosos asesinados por milicias republicanas, olvidando a los creyentes que mataron las tropas franquistas. Estos medios también destacaron el apoyo directo de la Iglesia a los sublevados en contra de la República.

Para rebajar el clima de tensión, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, se puso al frente la delegación española que asistió a la ceremonia en el Vaticano, y el sábado por la noche ofreció una cena de honor a la curia romana. De la delegación formaron parte también Francisco Vázquez, embajador de España para la Santa Sede; Luis Calvo, subsecretario de Asuntos Exteriores; y Mercedes Rico, directora de Asuntos Religiosos.

Asimismo, estuvieron presentes ocho parlamentarios del Partido Popular y el diputado socialista José Andrés Torres Mora, junto con representantes autonómicos y de los municipios donde vivieron o murieron los nuevos beatos.

No hay comentarios: