sábado, 26 de enero de 2008

Primeros racheos de los nuevos costaleros 16 de enero de 2008


La cuaresma está a la vuelta de la esquina para anunciarnos que nuestra Semana Mayor comenzará su verdadera cuenta atrás a partir del próximo miércoles seis de febrero. El centro y los barrios comienzan ya a notar el nerviosismo de su llegada. La inquietud es parecida al cosquilleo previo que siente un nazarenito que se aventura a realizar su primera estación de penitencia. Se nota en el trasiego del seno de las hermandades. Se palpa en el olor a incienso de los quinarios que ya han empezado, que se funde con los últimos coletazos que aún deja el humo de castañas. Pero la llegada se también se ve.

Físicamente, se observa en las múltiples parihuelas que en estos días pueblan el casco histórico y los extramuros de la ciudad. Y al tiempo lo podemos escuchar…, en el racheo de las zapatillas de los costaleros. A día de hoy, casi todas las cuadrillas que van a salir en Semana Santa tienen hechas sus respectivas igualás y al menos un ensayo. Hay que prepararse muy bien. Las hermandades cuyos ensayos han comenzado antes son San Pablo, Los Javieres, el misterio de La Sagrada Cena y la Redención. Los capataces de estas cofradías comenzaron a entonar el “a esta es...” entre finales de noviembre y la primera quincena de diciembre. En la primera toma de contacto de los capataces con sus hombres encontramos muchos costaleros que se meten por primera vez bajo las trabajaderas. Van de igualá en igualá a buscar trabajo. Por devoción o afición, da lo mismo. Lo que quieren es llevar sobre sus cuellos las imágenes a las que todos admiran en la calle. A la igualá y también primer ensayo del palio de Montesión se presenta un grupo de cuatro costaleros que quieren probar suerte para salir el Jueves Santo. El capataz los iguala. Prueba. Llama a otro. Hace todas las probaturas posibles para intentar que su cuadrilla esté lo más igualada y que nadie se dañe. Los nuevos esperan su oportunidad. Rezan para que haya un hueco que pueda otorgarle el privilegio de pasear por Sevilla Nuestra Señora del Rosario Coronada.

Al primero que llama José Monje, el capataz, es a Javier Fernández Lavado de veintidós años. Viene de haber estado dos años sin sacar el palio de la corporación de la calle Feria, desde el día de la Coronación. “Este tiempo he estado saliendo de músico con la banda de Las Tres Caídas de Triana”. Su posición dentro de la cuadrilla la tiene clara. “Me da igual. Yo lo que quiero es salir. Pero si es de fijador, mejor. Vengo con toda la ilusión del mundo”. También iguala Manuel Arteaga Muñoz. Tiene veinte años y viene por primera vez. No es hermano. Pero aunque no entre en la cuadrilla asegura que jurará las Santas reglas de Montesión. Sólo ha sacado el palio de la virgen de La Sed.

Monje vuelve a probar. Tiene ya casi igualados a toda la cuadrilla chica del paso de Virgen. Manuel Martínez es otro que quiere hacerse con un puesto. Es el más veterano y experimentado. Saca El Amor, Las Siete Palabras y al Señor de la Humildad y Paciencia de La Cena. “Sé que es muy complicado entrar porque hay muy pocos sitios libres y la cuadrilla está prácticamente hecha al no salir el año pasado”. Por último, Javier Benítez Espina. Viene con Manuel Arteaga. Ambos están colocados en la misma fila, la cuarta. Javier también viene con experiencia ya que tiene el privilegio de ser costalero de la Hiniesta, La Mortaja y San Benito.
Comienza el ensayo. Hasta el momento es el primero de los tres se harán. Todos han entrado. Javier Fernández se ha puesto de fijador del costero derecho en la primera trabajadera. Manuel Arteaga y Javier Benítez se colocan de fijador en tercera y de costero derecho de la cuarta, respectivamente. Manuel Martínez va de costero izquierdo, pero de la segunda. Aún no saben si estarán definitivamente. Pero ya están notando los kilos que caen trabajando con el palio del Rosario. A ellos no les importa. La devoción es la misma y les da fuerzas para hacer su trabajo lo mejor posible.

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