lunes, 21 de enero de 2008

Las catetarias de la mentira. 6 de noviembre de 2007


El viandante que va dentro del metrocentro puede comenzar a contar:
“Palos, palos, más palos… ¡Coño! Que pinta la Catedral entre tanta catenaria cateta. Mira que poner aquí este bello monumento histórico”.
¡Qué pena! Malditas catetarias. El que venga de fuera no sabe distinguir cuanta historia pasa más por la Catedral que por las catetarias. El bosque de palos negros que azotan la Avenida de la Constitución es un ejemplo más de las prisas políticas, de la inoperancia de un Gobierno Municipal que no sabe ni dónde está y de la poca vergüenza de Monteseirín con la ciudad de Sevilla. Ya, la belleza de una fotografía que antes se podía hacer desde Correos enfocando a lo lejos uno de los laterales del Ayuntamiento, se ve violada por tanto bosque de catetarias que los cofrades vemos un peligro para la próxima Semana Santa.

Analicemos la situación:

Primavera de 2006:
El equipo de Gobierno de la ciudad de Sevilla vende la milonga de que para ser uno de los mejores cascos históricos de Europa nos tenemos que poner a la altura de las circunstancias peatonalizando las principales arterias del centro. Para ello habría que empezar por la el entorno del Alcázar y la Catedral de Sevilla. Esta idea era magnífica, incluso más viendo como en los prolegómenos del invierno de ese mismo año familias enteras disfrutaban por la Avenida de la Constitución de paseos de tarde soleada y olor a castaña. Por fin nuestra principal Iglesia iba a estar libre de humos. Claro que a costa de sacrificar decenas de árboles milenarios a diestro y siniestro

Pero la situación da un giro de 380º. La UTE encargada de uno de los grandes proyectos de la ciudad, la línea uno del Metro, no sólo no puede asegurar a la Junta y al Ayuntamiento que el primer tramo de Metropolitano estaría lista para septiembre de 2007, sino descarta la construcción de la línea 2 bajo el centro de Sevilla porque requiera más inversión para salvar los posibles yacimientos de ruinas romanas, árboles…. A Monteseirín, Chaves y Carrillo se le caen dos lagrimones al ver cómo su proyecto estrella para las elecciones municipales de mayo de 2007 se venía abajo como un castillo de Naipes.

La alternativa es inventarse un `trenecito´, mal llamado metrocentro, para inaugurarlo a marchas forzadas antes de las elecciones – no fue así – y de esta manera tener, por lo menos, un proyecto mediático que asegure el voto. Rápidamente se establece una hoja de ruta y se vende a la sociedad sevillana que Sevila volverá a tener tranvía, que no era otra cosa que el Metro por arriba del suelo. Pero no queda ahí el asunto. El tranvía, que es un símbolo de antigüedad y se quitó como paso a la democracia en los transportes urbanos, acercaría a los sevillanos hacia el centro, pero no al centro centro, sino a la Plaza Nueva, con lo que abría que andar también. Pero esto es peor, el trenecito partiría desde el Prado, no desde los barrios que sería lo ideal para que los coches particulares no tuvieran que moverse, sin acabar definitivamente con el problema del tráfico en Sevilla ya que no había tiempo para construir una red más eficaz desde los extramuros. . Aunque se vendió que el proyecto nacía para aminorar los atascos. ¿…?, hasta el momento no lo ha sido.

En el paquete de una de las grandes mentiras de Monteseirín, que ¡ojo!, ha costado a los sevillanos más 90.000 de pesetas (1, 7 km), iban las catenarias. La falta de tiempo provocó que el sistema que se eligió fuera el de vagones a través de electricidad por arriba y no autopropulsados con energía por el suelo, que era más costoso y, según dicen, en Burdeos había dado problemas. Mentira. En Madrid lo tienen y en Venecia… Poner las catenarias costó mucho más que la otra opción. Pero no para siempre iban a estar esos palitos negros, se quitarían en dos años, de momento serían de prueba. Y que hacemos con la Semana Santa de 2008. ¿Quitamos las catenarias?, o las dejamos. ¿Eso tendrá un coste elevado? ¿Nos peleamos con las cofradías de Sevilla? ¿Se imaginan la que se puede formar?

Chapuzas, todo lo que se hace en Sevilla son Chapuzas en un Cortijo donde el gobierno andaluz tiene abandonado a sus habitantes, porque tienen asegurada la victoria.

Y digo yo: ¿no hubiera sido mejor un microautobús propulsado por un carril alternativo a uno u ambos lados de una Avenida vendida como peatonal para después dejar sólo un 10% de espacio para transitar a pie? ¡Qué barbaridad!

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